No somos impostores, solo tenemos una visión

El síndrome del impostor ha sido una sombra persistente en mi vida. Esa sensación de no ser suficiente, de no saber lo suficiente, de no tener el conocimiento o la preparación para comenzar un proyecto. Es un peso que muchos creativos cargamos, porque cuando nuestra curiosidad nos expande en múltiples direcciones, sentimos que hay huecos en nuestro conocimiento cada vez que intentamos enfocarnos en algo específico.
Esta sensación me llevó a reflexionar sobre un personaje que mi madre siempre admiró: Carlos Gardel. A través de un video en youtube, descubrí que Gardel, en su época de esplendor en el cine, trabajaba bajo una presión impresionante. En solo dos meses debía componer la música de sus películas, grabarlas y presentarse en radios y eventos. Y en ese ritmo vertiginoso, junto con su amigo y letrista Alfredo Le Pera, lograba crear al menos tres éxitos inmortales en cada película. Entre ellos, “Por una Cabeza”, una de las piezas más versionadas y utilizadas en la industria cinematográfica.
Lo curioso es que “Por una Cabeza” tiene una melodía similar a una obra de Mozart. ¿Significa esto que Gardel copió intencionalmente? Es difícil asegurarlo. La música vive en la memoria colectiva, y en una época donde no existían dispositivos para verificar referencias, es probable que su mente rescatara una melodía escuchada en algún momento. Pero lo importante aquí es que él no se sintió un impostor. Él produjo, creó, dejó que la música fluyera a través de él sin el miedo paralizante de la duda.
Este pensamiento me llevó a recordar algo que leí en Jorge Bucay y Robin Sharma. Ambos narran un cuento sobre un cementerio donde las lápidas marcan solo los años de felicidad vividos. La misma historia, contada desde ángulos distintos, con enfoques distintos, dirigida a públicos distintos. Y, sin embargo, ambas versiones tienen valor.
Ahí entendí algo esencial: nadie es un impostor cuando cuenta la vida desde su propia perspectiva.
Todos somos una mezcla de referencias, experiencias, historias y emociones. Lo que nos hace únicos es cómo las interpretamos y cómo las compartimos. No somos impostores. Somos narradores de nuestra versión del mundo.
Si hoy sientes que no eres suficiente, que tu visión es pequeña, que otros ya dijeron lo que quieres decir, recuerda que tu voz es irrepetible. Lo que sientes, cómo lo expresas y lo que vives tiene un valor incalculable, porque nadie más tiene tu mirada, nadie más puede contar la historia como tú.
Hoy me lo repito a mí misma: si Gardel hubiera dudado, si Bucay hubiera temido parecer repetitivo, si Mozart hubiera sentido que ya todo estaba hecho, el mundo sería un lugar más vacío.
Así que aquí estoy, escribiendo, pensando, aprendiendo. Sabiendo que mi voz es solo una entre millones, pero que es mía. Y eso es suficiente.
Videos y Audios
que ilustran el post
Cuento el buscador | Jorge Bucay
Su version muy personal de un relato tal vez universal
Libro cuentos para pensar | Jorge Bucay
Libro donde Incluye el cuento “El Buscador”
El Monje que Vendio su Ferrari
Libro donde Robin Sharma comparte una historia impactante sobre un hombre que visita un cementerio muy particular, donde las lápidas no muestran los años de vida de las personas, sino solo el tiempo en el que fueron realmente felices.
Por una Cabeza | Musica
Solo la melodia que creo Carlos Gardel
Rondo en Do mayor para Violín y Orquesta, K. 373
De Mozart, Escucha el minuto 3´40″ de este video
Ejemplos de como se usado el mismo concepto mas de una vez
Norman Rockwell
