Categorizar: Traducir el caos en mi propio orden

Cuando estructuré mis cuatro grandes conceptos a finales del año pasado, pensé que tenía un sistema eficiente y claro. Creía que ya todo estaba ordenado dentro de Amore, ViviendAnn, Patagonia y GenerAnn. Pero ahora, al revisar estas metodologías y al hacer el ejercicio de descargar mi mente, me di cuenta de algo importante: había preocupaciones que no estaban consideradas.

Pensé que ya lo tenía todo bajo control, pero al sacar todas las ideas sueltas de mi cabeza y verlas en papel, noté que algunas cosas no encajaban del todo en mi estructura inicial. Fue entonces cuando descubrí que el siguiente paso en este proceso era categorizarlas de una manera más consciente y funcional.

Muchas metodologías recomiendan dividir las cosas en grandes áreas como Trabajo y carrera, Familia y relaciones, Cuidado personal, Salud, Viajes, etc.. Pero si seguía ese esquema sin adaptarlo a mí, iba a perderme dentro de categorías genéricas que no reflejan mi realidad.

Así que antes de categorizar todo de manera definitiva, decidí hacer mi propia traducción de estos modelos generales a mi esquema personal:

GenerAnn → Trabajo y aprendizaje aplicable a mi vida profesional.

Amore → Cuidado personal, relaciones y salud.

ViviendAnn → Minimalismo, transformación de mi casa y reorganización de mi entorno.

Patagonia → Viajes, exploración y crecimiento personal.

Este proceso me ha servido para identificar que todo lo que sigue pesando en mi cabeza sí tiene un lugar dentro de mi sistema, pero que algunas cosas necesitan ajustes o un enfoque diferente.

También me di cuenta de algo clave: hay cosas que no puedo hacer sola. Por ejemplo, el patio de mi casa ha sido un gran dolor de cabeza, y al visualizarlo dentro de ViviendAnn, entendí que no solo es un pendiente, es una tarea que necesita ayuda externa.

Anoche, hasta altas horas de la madrugada, intenté transcribir todo esto en Trello, organizando mis grandes bloques de ideas junto con las acciones necesarias para llevarlas a cabo. Y hoy, con la mente más despejada, logré estructurar cómo quiero categorizar sin perderme en estructuras rígidas.

Este paso de categorización todavía no está terminado. Pero el simple hecho de identificar que todo lo que tengo en la cabeza ya tiene un lugar dentro de mi sistema me ha dado más claridad de la que esperaba.

El siguiente paso será vivir la experiencia de categorizar realmente y entender cómo puedo aplicarlo en mi día a día.